Ni tan rapiditas por la mañana

Monday, October 01, 2007 ·

*Cuando estaba peque, el Obispo Emérito de San Isidro del General, Monseñor Ignacio Trejos, me daba terror. Su voz gangosa y pausada resonaba por todos los rincones de la catedral, rebotaba en los vitrales espantosos y me atacaba por los 4 costados. Ni qué decir de tener que confesarse con el mae (cuando todavía los tatas la halaban a una a la fuerza, y con la primera comunión recién hecha, nos daba miedo irnos al infierno si nos portábamos mal), era una cosa terrible, la imponente figura de ese señor que tenía permanente cara de bravo y parecía estar en pie de guerra contra todos los diablos desde que se levantaba... Sin embargo, desde hace unos 8 años, cuando ya hacía tiempo que se me había olvidado que fornicar era pecado y solo entraba a una iglesia cuando teníamos un muerto o un bautizo, este señor se volvió a aparecer en mi vida de una forma más amena y abrazable: sacando a las amas de casa con sus ollas, sartenes y cucharas para bloquear la interamericana sur durante las manifestaciones contra el Combo ICE. Este señor que poblaba mis pesadillas de carajilla miedosa, hoy es una de las personas que más admiro, y una de las figuras del movimiento del NO que más respeto me merece. Y le agradezco que tenga tan claro de qué lado deben estar los intereses de la iglesia católica y se plante macizo de ese lado. Muchas gracias, Monseñor.



* Ayer fue un día excepcional. Me encontré a mis tatas ahí por la antigua embajada de Brasil. Anduvimos de arriba a abajo el Paseo Colón, saludando compas, escuchando música, conversando con la gente, tomando fotos y comiendo helados de sorbetera. El Paseo Colón estaba hasta la madre de gente, y en algunos tramos apenas se podía caminar. Por primera vez me costó más de la cuenta ubicar a mis amigos entre tanto perro, carajillo, señora de Limón, Guana, Puerto, o Zona Sur. Y lo comentamos con mi tata, que andaba feliz de la vida de aquí para allá: qué buenazo, son miles las caras desconocidas, y las conocidas poquiticas. Eso quiere decir que los comités patrióticos no le cantan al coro, que la información le llega a un montón de gente, que somos mayoría.
Poquita hablada sindical, mucha música, teatro, danza. Mucho malabar. Mucha gente de todos los colores posibles: agricultores caminando al lado de anarcopunks; gays con banderas gigantescas a la par de taxistas que se tomaron el día libre para ir a pasear con los chiquitos y los perros... Gente paseando, comiendo granizados, pintada de los colores del movimiento feminista, del movimiento de diversidad sexual, del movimiento luterano; banderotas de colores que te indicaban que allá, a tres cuadras, estaba el Bloque Verde con su batucada, haciendo capoeira. Por el Palí la Casadora, montones de compas en filita para subirse al escenario a cantar.
Que sigan durmiendo de ese lado los que se llenan la boca afirmando que ayer había 10 mil personas ahí abajo...