Descubriendo el agua tibia.

Monday, January 14, 2008 ·



La principal diferencia entre un país desarrollado y un país "en vías de desarrollo" (siempre en vías, que el camino es largo...) es la inversión en calidad de vida. Por lo tanto, podemos excluir de la lista de países desarrollados a los países en los que la calidad de vida de la población es baja, aunque el crecimiento económico sea alto. Estos países (como Estados Unidos o China) están automáticamente incluidos en la lista de países del tercer mundo.
Vamos a retomar la expresión (políticamente incorrecta desde hace unos diez años) de "tercermundo" y "tercermundista". Porque el tercermundismo existe, y más de una vez hemos repetido que es un estado mental.
El tercermundismo caracteriza a países con altos índices de violencia y baja calidad de vida (que vienen en el mismo combo, con refresco sabor a miedo o alambre navaja). Estos países, como decíamos anteriormente, pueden presentar altos índices de crecimiento económico, pero por lo general su coeficiente de GINI asusta hasta al más intrépido.
Los gobernantes tienden, en todas partes del mundo, a meterse entre la bolsa algún dinerillo del estado. Eso es normal, y es humano y es lo que hay desde que se inventó que alguien manda sobre los demás. Los gobernantes primermundistas (ese también es un estado mental) lo saben. Por eso invierten en calidad de vida. Ellos saben que es mejor regalarle a la sociedad civil calles limpias, chiquitos desparasitados, seguros estudiantiles, becas escolares, infraestructura, programas de salud y educación, bolsas de confites... con eso, los gobernantes primermundistas pagan un precio bajísimo por una inversión a largo plazo: seguridad ciudadana. Sí, seguridad.
El viernes anterior, con motivo de la creciente escalada de lajas hacia los territorios del Olimpo costarricense, los hermanos Arias reconocieron que la inseguridad ciudadana no es un tema de percepción, como lo porfiaban a finales del año anterior.
Señoras y señores: tercermundismo es ser incapaz de asociar violencia con pobreza. Cuando uno es incapaz de asociar desigualdad en distribución de las riquezas con descontento ciudadano, es tercermundista. Igual que cuando no le pasa por la cabeza que ese chiquito que está ahí, del otro lado de su vidrio, señor ministro, señora diputada, ese chiquito con cara de hambre que le pide una monedita, sí ese chiquito va a engrosar filas de desempleo dentro de 15 años, señora viceministra, señor magistrado. Ese chiquito, si no se muere antes de los 15 después de fumar mucha piedra, posiblemente dentro de unos añitos ande con un puñal en la bolsa quebrando vidrios en un semáforo.
Sí, hubo gente visionaria que lo pensó así y decidió que lo mejor era regalarle a la ciudadanía todo: educación, salud, electricidad, agua potable... Y esos señores no eran comunistas: tercermundismo es pensar que a la gente no hay que regalarle nada, que se la tienen que jugar (y que los que decimos lo contrario somos comunistas)... Así, los tercermundistas hunden en el subdesarrollo a países enteros, robándose plata que nunca van a poder gastar, en vez de utilizarla para mantener limpio y ordenado el patiecito por el que, a fin de cuentas, arrastran su subdesarrollo mental.
Entonces, señoras y señores gobernantes, ya lo saben: robemos menos e invirtamos más... Hay que tener visión a largo plazo. Hace más de 20 años que no gobierna este país alguien con visión a largo plazo y vean lo que pasa: ahora hasta a ustedes se les meten a robar a la casa. PLOP!