Claro, los derechos hay que dosificarlos...

Friday, November 21, 2008 ·



la imagen es de Dave Kinsey, y la uso con fines ilustrativos.


... no vaya a ser que la gente se entere de que puede ejercerlos con libertad...

Las libertades no son, ni quiera dios, para todos. Porque en general, la masa no pensante, el grueso estúpido de la población gobernada, la mayoría imbécil e irreflexiva, requiere, por el amor de dios, de un poco de guía y apoyo en su toma de decisiones.
Sobre todo, requerimos de la amable ayuda de un grupo de irresponsables prejuiciosos, irracionales y cerrados, que con la luz y la verdad en su mano, nos guíen por el camino del lugar común, la doble moral y la rectitud.
Así como don Eduardo Jiménez y la sarta de ignorantes que insisten en llamarnos "abortistas" a las personas que apoyamos el derecho a decidir de las mujeres como otro derecho humano inalienable que nos sigue siendo vedado en pleno siglo XXI.
Lo preocupante de esta situación no es que este tipo que no ve a dos pulgadas de su nariz considere la homosexualidad como un desorden de identidad ni que califique de irresponsable o irreflexiva a una mujer que reclame su derecho a adquirir en cualquier farmacia una píldora del día después:

"Los desórdenes de identidad, (homosexualismo); la contradicción mental del derecho a estrangular una vida por un lado, para justificar la creación de otra (fecundación in vitro); o la salida fácil a las consecuencias de un acto irreflexivo (píldora poscoital), se han presentado, irresponsable y desproporcionadamente, como derechos gigantes, empequeñeciendo sus graves consecuencias. El enfoque debe ser integral. Poco hablan los abortistas de los traumas o dilemas a que someten a las mujeres. Por más fraseología indolora o incolora que usen (interrupción, extracción de producto, derecho de la madre, etc.), sus soluciones implican graves consecuencias".

Lo preocupante es que a estas alturas haya tanta gente que respalda estas posiciones plagadas de ignorancia, prejuicios e hipocresía. Y que utilicen su posibilidad de acceso a los medios de difusión para insultarnos a quienes pensamos diferente y exponer sus de por sí cansadas y añejas posiciones como si fueran la santa verdad escrita en piedra. Y que nos coloquen en el mismo saco de lo que consideran una "idiosincrasia" que debe moverse así o asá de acuerdo con lo que hemos -vergonzosamente- hecho hasta ahora: condenar, apalear, pisotear los derechos de las mujeres y la comunidad GLBT de Costa Rica.
Señor Jiménez: si esa es la idiosincrasia a la que debemos acogernos como costarricenses, dejando de lado los argumentos científicos y cualquier explicación racional (como aconseja usted en su malogrado artículo), que me saquen de aquí, porque me da vergüenza ajena compartir patio con gente como usted.
Muchas gracias.